lunes, 9 de diciembre de 2013

¿Qué es un destino creativo?



Rodhes publicaba en 1961 su modelo de las cuatro "P" para describir la creatividad. Esta idea, que arrancó en los años 50, venía a decir que el pensamiento divergente se sustenta en cuatro áreas: la persona creativa, el proceso creativo, el producto creativo y el entorno creativo (en inglés place) que operan como una sola. 

Desde esta óptica cúbica, tal y como advierte Teresa Huidrobo (2002), la creatividad se entiende como la interacción de la persona creativa como sustantivo, el proceso creativo como verbo, el producto creativo como resultado y el contexto sociocultural creativo como circunstancia. Lo clarividente del modelo de Rodhes era que entendía la creatividad como un concepto global donde sus cuatro componentes adquieren la categoría de vitales, poniendo de manifiesto que cada uno de ellos juega un papel trascendental. De esta forma, supone una ruptura frente a las escuelas teóricas que o bien destacan la persona como epicentro, o bien hacían lo propio con el entorno o con el producto o incluso el proceso.

Ahora, traslademos este marco teórico para conceptuar la idea de destino turístico creativo. Según lo visto, éste se desarrollaría en torno a cuatros pilares básicos:

- Una comunidad creativa.

- Un proceso creativo interiorizado.

- Un ambiente creativo.

- Una cartera de soluciones y productos creativos.

Por tanto, el destino turístico creativo es un sistema socioeconómico donde forman parte de él un conjunto de personas  que, por sus aptitudes, actitudes y rasgos de su personalidad se pueden considerar creativas, de pensamiento divergente (comunidad creativa). Estos individuos son poseedores de una gran capacidad para unir elementos distantes y generar nuevas ideas. Al mismo tiempo, esta comunidad ha interiorizado una metodología que favorece el pensamiento lateral para trabajar en la generación de soluciones divergentes pero eficaces y eficientes (proceso creativo interiorizado). A partir de ello, el resultado es la generación de soluciones y productos creativos solventes. La salud de todo lo anterior está asociada al contexto en el que se desarrolla. Un destino que se precie de ser creativo posee un ambiente físico, social e institucional así como histórico que favorece el desarrollo de la creatividad, de lo alternativo o distinto. 


Si queremos convertir nuestro destino en un sistema turístico creativo tendremos que incidir de forma equilibrada sobre estos cuatro componentes, de nada nos valdría dejar a uno de ellos fuera de nuestra planificación. 
 

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